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sábado, 6 de noviembre de 2010

VIDA - 3 -

     Profesor y alumna ya llevaban una hora de diálogo enriquecedor. Y Lorena, necesitaba confirmar sus sospechas respecto al experimento.

- Entonces, Lorenzo, ¿Cuál es su pretensión tomando los datos de esta persona viva?, ¿Cómo puede reforzar esto su creencia en la existencia de la vida después de la muerte?-

     Lorenzo, que estaba analizando algunas de las notas obtenidas, alzó su mirada erudita de sus papeles, y una vez más miró con satisfacción  a su alumna.

- Es muy sencillo. Tanto, que incluso dudo de mí mismo. Verás... Si observas un cabello que se mueve a través del aire, no puedes afirmar que estás ante un ser humano. Lo mismo ocurre con algo de piel o unas gotas de sangre. El ser humano es la suma de todas sus partes. Desde el nivel molecular, pasando por el celular hasta llegar al nivel orgánico. Una gran cantidad de texturas, funciones, sustancias y efectos que,  en su conjunto moldean un ser humano.-

- Sí, le comprendo. Pero todas esas partes pueden observarse con facilidad, y es un hecho que existen. Sin embargo, no es posible examinar las partes de un espíritu, pues ni siquiera sabemos a ciencia cierta si existen.-

- Lorena, he dedicado toda mi vida ha construir las herramientas necesarias para ello, sin darme cuenta. Inventé el detector de energía "versus" y al mismo tiempo descubrí esta energía en sí, que se encuentra en abundancia en nuestro entorno. La ley de "gravedad fragmentada", que afecta al comportamiento de todos los tipos de energía. El "sustrato anti-versus", la "marea negativa", las "vibraciones perpetuas", y un largo etcétera en torno a estos logros. Mas lo único que pretendía era encontrar indicios que demostrasen la existencia de la vida después de la muerte.
     Sin embargo, mis observaciones no eran concluyentes. No obtuve los resultados que esperaba. Por supuesto, hasta hoy no me he percatado de que estaba contemplando pinceladas de lo que realmente quería encontrar. Verás - Lorenzo se levantó lentamente de su asiento para acercarse al convaleciente, y poder expresar con más facilidad sus deducciones- lo que estamos haciendo ahora, es tomar todos los datos posibles de esta persona. No sólo de aquello que yo descubrí, sino también de aquellas fuerzas y sustancias que se han tenido en cuenta desde siempre. De esta forma, obtenemos una suma de una gran cantidad de partes. Cuando nuestro colaborador muera, se producirá una ruptura. De esta, una gran parte de los datos, los relativos a su cuerpo y su vida actual, dejarán de ser activos y por lo tanto, de ser útiles o válidos. Pero aquellos que estén lo bastante ligados a su alma, continuarán formando una unidad. Luego, si en el momento de la muerte cogemos todos nuestros datos y le restamos todos aquellos que "murieron" junto con el cuerpo, los datos restantes deberían formar un conjunto unido al alma. Así que si programamos el ordenador para que sólo se fije en los datos activos despues de la muerte, debería dar la imagen de un conjunto de energías influenciadas por sus propias leyes, y que seguramente podríamos llamar "alma".-

- Entiendo. Antes sólo obteníamos algunas ráfagas de energía "versus", o alguna "vibración perpetua" que podría ser comparable a la existente en cualquier objeto de nuestra vida cotidiana. Pero si observamos un conjunto comportándose de una determinada forma, con unidad...-

     Lorena no pudo terminar sus conclusiones. Los monitores del paciente indicaban que estaba sufriendo una parada. El momento había llegado.

    

1 comentario:

  1. ya te estas poniendo a escribir, que lo has dejado en lo mejor!!!! Vengaaaa!!!!!!!!

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